Es difícil a veces poder entender que es lo que nos muestra la vida, con cada paso que damos, a veces creemos que vamos bien y depronto algo pasa y hace reflexionar que tal vez no somos tan felices como quisiéramos o como creíamos: Hoy vi una fotografía de un hombre tan feliz que me sentí muy mal de no serlo yo también, por lo menos en ese grado en donde solo con mirar los ojos se nota la tranquilidad, las ganas de vivir cada día intensamente, ese brillo radiante que todos algún día quisiéramos tener por siempre. 

pero lamentablemente me he dado cuenta que ese brillo radiante no lo tengo tanto, que la persona que me acompaña tampoco lo tiene, es como si nos hubiéramos dejado envolver en la cotidianidad, en el afán de querer hacer tantas cosas que al final hacemos todo pero nos olvidamos de lo más importante, que es de hacer aquellas cosas pequeñas pero tan importantes que son lo que en realidad nos llenan de momentos felices, de sonrisas, de suspiros, de ganas, de ese sentimiento de ser invencibles aún si alguna situación nos afecta, porque la suprimimos con el solo hecho de sentir tranquilidad. hoy me siento triste, triste conmigo misma por no haber sido capaz de mantener la felicidad, de romper con este sistema que cada vez nos hace menos sensibles a los demás seres humanos y a todo lo bello que nos rodea como la naturaleza, los animales, el cielo, el mar... en fin tantas cosas... que a veces la soledad parece la mejor opción para darse un respiro y pensar que es aquello que falla y que es a lo que hay que decir adiós definitivamente. 

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